A. Lange & Söhne - Gran Lange 1 fases de la luna

La Luna es un cuerpo celeste fascinante que ocupa a los astrónomos desde tiempos in-memoriales. No solo determina las mareas sino que también ejerce una influencia en el ritmo de vida de numerosos seres vivos y plantas. Muchos amantes de los relojes aprecian por lo tanto una indicación de las fases de la luna. Desde su refundación, la manufactura sajona ha presentado doce modelos con este tipo de complicación. Sin embargo, nunca hasta ahora la indicación de las fases de la luna había ocupado un lugar tan prominente como en el nuevo GRAN LANGE 1 FASES DE LA LUNA. A esta apreciada indicación astronómica se le ha reservado un gran escenario en la esfera principal. En este escenario se puede apreciar como la indicación de las fases de la luna se ajusta con un realismo impresionante a la marcha real de nuestro satélite. En efecto, la indicación está asociada al continuo de la rueda de las horas. De este modo – al igual que la propia Luna - está siempre en movi-miento. Los pasos que da son tan pequeños, que a simple vista resulta imposible obser-var este movimiento.

Además, la indicación de las fases de la luna reproduce el lapso de tiempo que transcurre entre una luna nueva y la siguiente con una precisión del 99,9978 por ciento. 29 días,
12 horas, 44 minutos y 3 segundos dura por término medio el mes sinódico. Para simplifica, en la mayor parte de las indicaciones de las fases de la luna clásica, el ciclo se ha redondeado en 29,5 días. Esto supone una desviación de 44 minutos y 3 segundos por ciclo, lo que, al cabo de dos años y medio, ya corresponde a un día. El engranaje de siete pasos, calculado con mucha mayor precisión, del GRAN LANGE 1 FASES DE LA LUNA reduce a menos de un minuto la desviación por ciclo lunar. Una vez correctamente ajustada,
suponiendo que el reloj esté funcionando sin interrupción, la indicación solo tendría que ser corregida de un día al cabo de 122,6 años. Con un pulsador de corrección encastrado
en la caja entre las 7 y las 8 horas se puede ajustar la indicación en cualquier momento, por ejemplo, cuando se ha dejado de dar cuerda al reloj durante un largo periodo de
tiempo.

El esfuerzo invertido en el revestimiento del disco de la luna de oro macizo es también un ejemplo de la aspiración a la perfección de la que hacen gala las personas que desarrollan
los productos de Lange. El resultado de su intenso trabajo de investigación y desarrollo es un proceso de revestimiento patentado que, gracias al brillo de sus colores y al nítido
diseño de cada uno de sus detalles, satisface las más altas expectativas estéticas. Gracias al efecto de interferencia, – la superposición de reflejos –, se absorben todos los componentes de color no azul de la luz diurna que penetra. La impresión causada a los ojos del observador es la de un color azul intenso. El contorno de las más de 300 estrellas de
diferentes tamaños está recortado con láser con tal precisión, que producen el efecto de ser una Vía Láctea en miniatura.

Con la asociación de un diseño de la esfera descentrado, gran fecha y calibre de la manufactura acabado a mano, el GRAN LANGE 1 FASES DE LA LUNA presenta todas las características que permiten reconocer a la más famosa familia de relojes de A. Lange & Söhne. La considerable autonomía de marcha de 72 horas se consigue con un solo barrilete para ahorrar espacio. De este modo se pudo realizar el mecanismo con una altura de tan solo 4,7 milímetros. La caja, de oro rojo, oro amarillo o platino, ofrece una llamativa imagen
con un diámetro de 41,0 milímetros. Con un volante con tornillos, espiral del volante desarrollada y fabricada en la propia casa, platina tres cuartos de alpaca natural y piezas
del mecanismo esmeradamente decoradas a mano, el calibre de la manufactura Lange L095.3 presenta todos los elementos clásicos que, entre los conocedores de todo el
mundo, han convertido a los relojes de A. Lange & Söhne en la personificación del arte de la relojería sajona y de la más alta precisión.

Más información sobre www.alange-soehne.com